Paideia en familia

Paideia en familia

Share this post

Paideia en familia
Paideia en familia
Popurrí de martes en sábado

Popurrí de martes en sábado

Y ni tan mal, ¿verdad?

Avatar de Paideia en familia
Paideia en familia
nov 02, 2024
∙ De pago
27

Share this post

Paideia en familia
Paideia en familia
Popurrí de martes en sábado
12
Compartir

Eugenio Zampighi

📜𝕳𝖎𝖘𝖙𝖔𝖗𝖎𝖆𝖘

Jamás olvidaré que, apenas un mes después del nacimiento de mi hijo mayor, celebrábamos nuestro primer aniversario de boda. A mí se me metió en la cabeza una idea tan absurda (ahora, al recordarla, me da hasta vergüenza por lo insensata y loca que pude llegar a ser): ¡Quería irme de viaje a solas con mi maridito! Y no os creáis que era por romanticismo… sencillamente soñaba con dormir 💤 sin que mi pequeñín me despertara a cada momento para mamar. Los que habéis leído Pequeños pasos ya sabéis de qué hablo y aunque no lo hayáis leído si sois madres os podéis hacer una idea. La extravagante idea, evidentemente, nunca se hizo materializó. Los años fueron pasando, y mi marido y yo no solo no hemos viajado solos sino que tampoco hemos salido a cenar, ni al cine, ni a ningún sitio sin los niños ¡nunca! Como dice el libro que estamos leyendo en el club de lectura: «la ley precede al amor». Al principio, era logísticamente imposible, con el tiempo, descubrimos que ni siquiera nos apetecía, porque éramos felices estando todos juntos. La autora de Regla de vida de una madre cuenta cómo, de vez en cuando, se daba un día libre para estar en silencio y descansar. Yo siempre he oído que era imprescindible que los padres tuvieran esos momentos a solas, pero nosotros hemos sobrevivido estando a todas horas con nuestros hijos.

Este 28 de octubre fueron nuestras bodas de plata y después de mucho pensarlo, decidimos hacer un viaje solos. Dicen que hay que tener cuidado con lo que deseas porque casi seguro que termina haciéndose realidad ¿No os pasa que todo lo que habéis deseado intensamente acaba cumpliéndose, aunque no sea de la forma exacta que imaginabais? Yo siempre soñé con la niña y muchas veces pienso que quizá fue el bebé que perdí durante el embarazo y tendré toda una eternidad para disfrutar de ella. Mi deseo de viajar a solas con mi marido también se cumplió... solo que veinticinco años después, ja, ja, ja. Los tiempos de Dios no son los nuestros.

Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días

Suscríbete a Paideia en familia para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.

¿Ya eres suscriptor de pago? Iniciar sesión
© 2025 Paloma Estorch
Privacidad ∙ Términos ∙ Aviso de recolección
Empieza a escribirDescargar la app
Substack es el hogar de la gran cultura

Compartir